María
fue presentada en el Templo por sus padres a la edad de tres años, para ser
educada allí santamente en el servicio del Señor. Los padres y las madres de
las principales familias de Jerusalén concurrieron al Templo para rendir
homenaje a la familia de David, y los ángeles cubrieron a la niña con sus alas
y cantaron en armonioso concierto. Aunque niñita, conocía ella la grandeza del
Señor a quien iba a servir. Así, para llegar hasta el pontífice Zacarías, subió
las gradas del Templo con una firmeza y una agilidad que excedían la de su
edad. El Espíritu de Dios que animaba su alma suplía la flaqueza de su cuerpo.
MEDITACIÓN SOBRE
LA PRESENTACIÓN DE
LA SANTÍSIMA VIRGEN
I.
Desde los tres años de edad, es decir, lo más pronto que puede, María se
consagra al servicio del Señor. Sus padres la ofrecen con gusto a Aquél que se
las había concedido accediendo a sus plegarias. ¡Dichosos los que desde tierna
edad comienzan a servir a Dios! ¿Qué esperas tú para darte a Dios? Dale todo lo
que tengas; nada perderás en el cambio, porque Él se dará a ti enteramente. Es
un cambio ventajoso abandonar todo por un bien que es superior a todo (San
Bernardo).
II.
María, en este día, ofrece al Señor todo lo que tiene, todo lo que puede hacer,
y todo lo que es; en una palabra, se da a Él sin reserva. ¿Imitas a María, tú
que das a Dios una partícula de tu corazón y que lo reservas por entero para el
mundo y para ti mismo? Quieres dividir tu corazón entre las creaturas y Dios;
es imposible. ¡Señor, es tardar demasiado no darme a un Señor tan bueno! Os
ofrezco mi cuerpo y mi alma, todo lo que tengo, todo lo que puedo y todo lo que
soy.
III.
María se consagra para siempre al servicio de Dios, y si sale del Templo es
solamente porque Ella es el templo vivo en que debe habitar Jesús. ¿No es
verdad acaso que te has presentado alguna vez a Dios para servirlo? Pero,
cobarde de ti, pronto te has cansado de servir a un Señor tan bueno: te has
retractado, con tus acciones, de la promesa que le habías hecho! Virgen Santa,
preséntame a tu Hijo muy amado; quiero ser todo de Él hasta el fin de mi vida.
En un cristiano, no es el comienzo, sino el fin lo que merece elogios (San Jerónimo).
ORACIÓN
Oh
Dios, que habéis querido que la Bienaventurada María, siempre virgen, en quien
residía el Espíritu Santo, fuese hoy presentada en el Templo, haced, por su
intercesión, que merezcamos ser presentados en el templo de vuestra gloria. Por
J. C. N. S.
http://granreinita.jimdo.com/fiesta-de-la-presentción-de-la-virgen-mar%C3%ADa-en-el-templo/
http://granreinita.jimdo.com/fiesta-de-la-presentción-de-la-virgen-mar%C3%ADa-en-el-templo/
No hay comentarios:
Publicar un comentario