Hoy en día se destina mucho esfuerzo a prepararse
profesionalmente, pero muy poco tiempo a descubrir cuál es nuestra vocación y
misión en la vida. A veces se equipara equívocamente el término vocación con la
profesión, como si ambos estuvieran al mismo nivel. En realidad la vocación
antecede a la profesión pues le da fundamento y orienta el quehacer hacia la
dirección correcta.
La palabra vocación viene del vocablo latín vocare que
quiere decir llamar. Por tanto, la vocación nace de una llamada trascendente
que requiere, una vez descubierta, la decisión libre y responsable de responder
a dicha invitación. La vocación es un misterio que se va develando poco a poco
en la medida que vamos descubriendo quiénes somos y la finalidad de nuestra
existencia . Explicando a un grupo de profesionales el significado
profundo de ser empresarios y la relación existente con la misión, dones y
talentos que Dios nos ha encomendado, mencionaron lo importante que era
entender esto desde el inicio de su carrera, no sólo para prevenir errores de
elección, sino para iluminar las diversas decisiones que deben tomar día a día.
La comprensión sobre la vocación permite entender la
dinámica profesional de forma unitaria e integrada en la dinámica personal,
familiar y social, de tal forma que la vida profesional no esté desligada de
los otros ámbitos de la existencia. Ser empresario no es una simple función o tarea que debemos
cumplir o un medio de sostenimiento económico. Cada profesión, sea cual sea su
ámbito específico de desarrollo, implica una dimensión de servicio, cooperando
activamente en el desarrollo y bien común de la sociedad.
Todos debemos en algún momento de nuestra vida hacernos la
pregunta fundamental: ¿A qué nos llama Dios y cuál es nuestra misión en la
vida? Cada día es una oportunidad para ahondar en este
cuestionamiento, conociéndonos a la luz de Dios, y pidiendo luces a las
personas que nos rodean, para hacer realidad esta invitación, o más aún este
encargo divino, que todo ser humano recibe: Ser cooperadores y gestores del
cambio en la cultura, del entorno empresarial, y de la sociedad.
Carlos Muñoz Gallardo
Artículo originalmente publicado por Centro de Estudios Católicos
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